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Un macareno descubre, a sus 78 años, que en Sevilla hay más cofradías

» Y muchas de ellas  llevan vírgenes preciosas» Afirma un sorprendido Joaquín Reverte Reverte

Fue un domingo de Ramos cuando Joaquín,  vecino «de toda la vida» del barrio de La Macarena, fue a por un paquete de «Risketos» para su nieta en plena tarde cuando, el caminar imponente de una bella dama le distrajo hasta el punto que se pasó cuatro plazas más allá del Kiosko de Anselmo, «el de toda la vida» y apareció casualmente en una calle por donde pasaba un imponente paso de Palio. «En principio me agobié porque creí que  era La Macarena ya de vuelta con La Luz del sol y pensé que había perdido la noción del tiempo porque ya era viernes santo, algo que a mi edad uno teme que le ocurra alguna vez»

Pero Joaquín, convencido de que era la señora de San Gil porque «es que no existe otra», sufrió otro momento de nervios cuando al volverse para casa embelesado por haber visto la belleza de aquellla virgen exclamando » Si es que aquí hay que morir» se encontró en otra calle a otro palio, de distinto estilo y color…»Y esto qué es ahora? Me estoy volviendo loco o es una pesadilla? »

Tras unos minutos de desconcierto unos amables sevillanos que se encontraban allí le acompañaron a un bar donde le sentaron y le pidieron una tila mientras le explicaron con todo lujo de detalles lo que ocurría: que estaba en Sevilla y que esta era su Semana Santa.

Joaquin Reverte Reverte reconoció ser otra persona desde ese día » me ha cambiado la vida,  ahora tengo sensaciones indescriptibles y un carácter mucho mejor. La vida es maravillosa»